ESCUELA NORMAL DE TEOTIHUACAN
Licenciatura
en Educación Secundaria con Especialidad en Español.
MONOGRAFÍA DEL ESTADO DE:
Baja
California Sur
Asignatura: Lingüística Textual
Profesora: Ana María Cópil Méndez
Alumna: Isamar
Yuritzi Álvarez Vázquez
Segundo Grado
Ciclo Escolar: 2011-2012
BAJA CALIFORNIA SUR
INTRODUCCIÓN
El término
"lengua" busca referirse a todo sistema de signos que puede
utilizarse como medio de comunicación. Mientras que comunicación, implica una
relación interpersonal. Existen diversas modalidades de lenguajes humanos;
modalidad auditiva y de la palabra, la visual y gráfica y la visual - gestual.
Este trabajo está hecho
con el fin de identificar la práctica de las siguientes disciplinas: pragmática, sociolingüística, lingüística
textual y psicolingüística, dentro del estado de Baja California Sur, para
ello se hará referencia a los componentes que lo integran como: ubicación geográfica, escudo, una pequeña
reseña histórica, trajes típicos, lenguas indígenas y algunos de los atractivos
culturales de la región.
Las
poblaciones indígenas tienen usos y costumbres propias. Poseen formas
particulares de comprender el mundo y de interactuar con él. Visten, comen,
celebran sus festividades, conviven y nombran a sus propias autoridades, de
acuerdo a esa concepción que tienen de la vida.
Un
elemento muy importante que los distingue y les da identidad, es la lengua con
la que se comunican.
Antes de hacer referencia
a lo mencionado, debemos recordar que según Lomas (1998, p. 32), la pragmática
es el estudio de la capacidad de los usuarios para asociar oraciones a los
contextos en que dichas oraciones son apropiadas.
La sociolingüística es la
disciplina que estudia los distintos aspectos de la sociedad que influyen en el uso de la lengua, como las normas culturales y el contexto en que se
desenvuelven los hablantes; se ocupa de la lengua como sistema de signos en un
contexto social.
Para Berko, L. Y
Bernstein, N. (1999), la psicolingüística o la psicología del lenguaje
persiguen descubrir los procesos psicológicos que se ponen en marcha cuando las
personas usan el lenguaje y cómo se relacionan ambos.
Por lo tanto se intentará
relacionar cada una de ellas dentro del lenguaje adoptado en Baja California
Sur.
Ubicación geográfica
Baja California Sur es uno de los 31 estados que junto con el Distrito
Federal conforman las 32 entidades federativas de México, se encuentra en la porción meridional de la península del mismo
nombre; tiene una superficie de 73 677 km2, que representan el 3.8 por ciento
de la superficie del país, una longitud de 750 Km, una anchura promedio de 100
y aproximadamente 2 200 Km de litorales. Limita al Norte con el estado Baja
California, al Este con el golfo de California o mar de Cortés, y al Sur y
Oeste con el océano Pacífico. Está inscrito entre los paralelos 22° 30’ y 28°
de latitud, y entre los meridianos 109 y 115 al Oeste de Greenwich. . Su
capital es la ciudad de La Paz. Se extiende por una superficie de 73.475 km²,
ocupando un 3,8% del territorio nacional. Es junto con Quintana Roo la entidad
más joven del país (ambas promovidas de Territorio Federal a Estado Libre y
Soberano, el 8 de octubre de 1974).
Escudo e historia
El
Escudo de Baja California Sur, nace del escudo heráldico de las Californias,
acordado por el Virrey Antonio de Mendoza. Apareció por primera vez bordado en
una bandera en 1846.
En
el Escudo se ven plasmados la unión, la riqueza, el valor, el atrevimiento y el
fiero combate por la defensa de sus fronteras. Representa la vigilancia y el
vencimiento.
Reseña Histórica:
Los expedicionarios españoles que en busca de riqueza llegaron a
tierras mexicanas, trajeron consigo los nombres católicos o de fantasía que
formaban parte de su cultura para bautizar al nuevo mundo. En el caso de la
península ubicada en el noroeste de lo que hoy es la República Mexicana, el
nombre de California que los españoles le adjudicaron, corresponde a una isla
cercana al paraíso que el escritor García Ordoñez de Montalvo describe en su
caballeresca novela “Las Sergas de Esplandián”.
El estado de Baja California Sur conforma, como su nombre lo
indica, la parte sur de la Península de California. Su frontera al norte con el
estado de Baja California (erróneamente llamada por algunos Baja California
Norte) fue delimitada hacia principios de 1800, por lo que hasta ese momento,
ambos estados comparten su historia y origen.
Los aborígenes habitaron la península aproximadamente en el año
10,000 a.C., y se dedicaron a la recolección de frutos, a la caza y la pesca.
En la parte sur de la península, estas primeras culturas dejaron detrás un
legado cultural de proporciones sorprendentes, pues las cuevas ubicadas en la Sierra
de San Francisco y la Sierra de Guadalupe conforman una de las cinco
concentraciones de arte rupestre más grandes del mundo.
A mediados del siglo XVI, los conquistadores españoles
descubrieron que estos grupos estaban organizados en rancherías, las cuales
eran grupos no mayores de 250 personas pertenecientes a la misma familia.
Culturalmente se pueden distinguir 4 grupos indígenas en base al grupo
lingüístico al que perteneces el dialecto que hablan y son los, pericú,
guaycura, cochimí y yumana.
La ocupación de estas tierras fue un proceso largo en el que
múltiples expediciones intervinieron, ya que las enfermedades, calamidades
naturales y la falta de recursos presentaban un gran reto para los
conquistadores que desconocían las condiciones naturales del lugar.
A partir de la independencia de México, se
planteó la necesidad de castellanizar a todos los pueblos indígenas, pues se veía en la
diversidad lingüística una dificultad para integrarlos a la sociedad nacional.
Hasta el siglo XX, la única lengua de enseñanza y de gobierno era el español;
los primeros intentos de alfabetización en lenguas indígenas tenían por objeto
que los educandos adquirieran la escritura para después continuar el proceso
educativo exclusivamente en español.
Los jesuitas fueron los primeros misioneros en instalarse en
tierras californianas. La construcción de sus misiones tenía el objetivo de
evangelizar a las tribus mediante la concentración de la población dentro de
sus puertas. A partir de ahí se visualizaba las disciplinas mencionadas
anteriormente, puesto que mediante la sociolingüística, los habitantes
evangelizados, tuvieron que adaptarse a las condiciones de su pueblo, para
poder comunicarse, así aprendieron el español. Por otro lado, buscaban una
fuente de agua alrededor de la cual establecerse y desarrollaron actividades
económicas españolas como el pastoreo, la importación de productos europeos y
la agricultura. Las primeras misiones exitosas fueron las de Santa Rosalía
Mulegé, San Juan Malibát y San José de Comondú a comienzos del siglo XVIII.
Posteriormente arribaron a la región misiones de franciscanos y dominicanos.
En el año de 1804, la Corona Española divide la península en dos
territorios separados a la altura del Arroyo del Rosario. La división política
les otorgó el nombre de Baja California y Alta California.
Debido a la lejanía de la ubicación del gobierno central, la
guerra de independencia tardó en llegar a oídos de los californianos. Y es
hasta un año después, en 1822, que este territorio es liberado del control de
la corona española.
Sin embargo, en la guerra contra Estados Unidos que el General
mexicano Santa Anna libró a mediados del siglo XIX, la Alta California forma
parte de los territorios que México cedió a su vecino del norte celebrada
mediante la firma del Tratado de Guadalupe Hidalgo en al año de 1848.
Durante el gobierno del Gral. Porfirio Díaz, se divide el
territorio en Zona Norte y Zona Sur, estableciendo un gobierno propio para cada
una de ellas.
En el año de 1913, Victoriano Huerta derrocó a Francisco I. Madero
de la silla presidencial y lo mandó matar. Ante la noticia de tales eventos, la
sociedad sudcaliforniana al mando de Felix Ortega organizó una rebelión armada
que luchó para derrotar al usurpador; regresando triunfante a la ciudad de La
Paz un año y medio después.
En 1931, se formaliza la división de ambas zonas en Territorio
Norte y Territorio Sur, fecha a partir de la cual, este último inicia el
recorrido hacia lo que es hoy, una sociedad moderna y altamente desarrollada
que ha sabido tomar ventaja de su favorecida ubicación geográfica y la
abundancia de sus recursos naturales.
Después de que la península de Baja California fuera descubierta
por Fortún Jiménez de Bertadoña en 1534, su tripulación se dedicó a la búsqueda
de perlas, tras abusar y maltratar a los nativos, éstos se rebelaron en contra
de los españoles, y mataron a Fortún Jiménez. La tripulación que sobrevivió,
regresó al continente, relatando los hallazgos que se habían encontrado a su
paso.
Aproximadamente un año después de la primera y fallida expedición
a California, Hernán Cortés se embarcó rumbo a la península, a su llegada fundó
la primera colonia, y dio por nombre al lugar Bahía de la Santa Cruz; pero
dicha colonia no habría de durar mucho tiempo, por la falta de provisiones
debido a la lejanía con el centro novohispano.
En 1596, se rebautiza la Bahía de la Santa Cruz con el nombre de
La Paz, por la muestra pacifista de los nativos de la región; pero no fue sino
hasta 1696, que se logran concretar los planes de colonización con la ayuda del
padre Kino y del padre Salvatierra, cuando la Audiencia de la Nueva Galicia
apoya su expedición, y en 1697, se funda la misión de Nuestra Señora de Loreto,
a partir de la cual, se fundan las demás.
Por su lejanía con el centro de la República, la península de Baja
California no se enfrentó a levantamientos ni revueltas a causa de la
declaración de Independencia en 1810; por lo que continuaron bajo el mandato de
los españoles hasta 1822; y es a partir de este momento cuando las Californias
inician un período de organización política. La Constitución de 1824, determinó
que el territorio de las Californias se constituyera como uno sólo con un
gobernador en Loreto. Pero en 1830, se designa a La Paz como la capital, pues
Loreto había sido destruido por grandes temporales.
Para 1837, las Californias formaron parte de un departamento que
comprendía la Alta y la Baja California, integrándose por primera vez como
estado de las Californias en 1846 al restablecerse el sistema federal, pero en
1847, se dividen en dos territorios independientes entre sí, la Alta y la Baja
California. En 1888, el territorio se divide en un distrito norte y en un
distrito sur, permaneciendo así hasta 1930, cuando cada distrito obtiene la
categoría de territorio.
Tras la invasión Norteamericana, el 22 de febrero de 1848, se
firma la paz con el Tratado Guadalupe Hidalgo, en el que se entregó a los
norteamericanos los estados de Texas, Nuevo México y Alta California. Durante
la guerra de Reforma, (1858 – 1860), el general Manuel Márquez de León,
Mauricio Castro, Ildefonso Green y tropas del sur pertenecientes a las fuerzas
liberales, se apoderaron de La
Paz, motivo por el cual, el partido conservador, vencido en la
guerra de Reforma, pidió ayuda a Francia.
En Baja California se reconoció el Imperio de Maximiliano de
Austria, pero las tropas republicanas retomaron la península y continuaron
siendo fieles a la causa de México, hasta que finalizó la intervención
francesa.
En tiempos de la Revolución Mexicana, cuando asesinaron al
entonces presidente de la República Francisco I. Madero, en Baja California
Sur, se organizaron tropas dispuestas a luchar contra el usurpador, las tropas
estuvieron al mando de Félix Ortega, y lucharon durante más un año. A su
regreso victorioso a La Paz, lo nombraron jefe de Operaciones Militares.
Entre 1916 y 1974, sucedieron grandes cambios en la estructura del
estado sudcaliforniano: se creó la Ley de Hacienda, se inició la construcción
de la carretera transpeninsular, se impulsó la Ley del Trabajo, se colonizaron
y cultivaron las zonas de Los Planes, el Valle de Santo Domingo y el Valle del
Vizcaíno, se crearon nuevos centros educativos y se trazaron
nuevas rutas marítimas entre la península y el país. Inicialmente, el
territorio de Baja California Sur se dividió en tres municipios: La Paz,
Comondú y Mulegé, creándose en 1981 el municipio de los Cabos y en 1992 el
municipio de Loreto.
Traje típico
En la
península, específicamente en el estado de Baja California Sur, no se había
definido uno en especial, sino que se usaban trajes de época a falta de un
vestido que reuniera las características necesarias para simbolizar, ante las demás
entidades de la República Mexicana, el territorio de Baja California.
Por tal
motivo, en 1955 se convocó a un concurso de confección y diseño del traje
regional; el triunfador fue el traje de "Flor de Pitahaya", planta
característica de los desiertos bajacalifornianos.
Los trajes típicos tradicionales de Baja California Sur son muy numerosos
y destacan por su elegancia y fastuosidad.
La mayoría de las fuentes consultadas entrega la siguiente descripción para el traje típico de Baja California Sur:
La mayoría de las fuentes consultadas entrega la siguiente descripción para el traje típico de Baja California Sur:
Mujer
El traje
más representativo está confeccionado en charmés (un tipo de tela) o raso, en
colores rojo, blanco y verde.
La blusa
es de color blanco, con cuello ovalado y contiene un escote en forma de una
flor pintada y bordada en chaquira y lentejuela a tono con el dibujo.
La falda
semicircular de color rojo, lleva como adorno una planta de cacto ramificada,
en la cual se distribuyen tres flores: una en la parte superior y dos a los
costados, también algunos frutos. Se complementa con un amplio holán de color
blanco; los tonos en que van bordados y pintados los cactos y flores son en
verde, rosa y amarillo.
Se
complementa con collar y aretes de perlas
Hombre
El traje
típico del hombre consta de pantalón y camisa a cuadros, de mezclilla o
algodón.
Encima se
cubren con una capa cerrada hecha de gamuza y a la que se denomina
"cuera".
El atuendo
se complementa con botines, con espuelas, y un sombrero de palma, forrado de
piel o gamuza.
También
encontramos la siguiente descripción referida al municipio de La Paz:
|
Honor a la Flor de Pitahaya.
|
Otra
descripción del Traje Típico
El vestido
típico del municipio de La Paz también se utiliza para el resto del estado,
En el
hombre es pantalón de mezclilla y camisola de la misma tela, cubierta por una
capa cerrada de gamuza la que se denomina "cuera", que generalmente
usa el ranchero y va complementada con botines de gamuza, espuelas y polainas
de vaqueta. Se ciñe el cuerpo con un lazo de piel al que denominan "faja
cuero" y el sombrero de palma forrado de piel o gamuza con una correa.
En la
mujer es una falda de color rojo, tipo semicircular, orlada en la parte
inferior por un holán blanco y sin botolladuras; blusa blanca de cuello ovalado
y como adorno lleva una planta de pitahaya verde que parte de la orilla de la
falda hacia arriba, con tres ramificaciones a la altura interior del busto,
rematando cada bifurcación en una flor del mismo cactus, de donde torna el
nombre de Flor de Pitahaya".
Otro de
los trajes típicos femeninos está formado por una caperina de tela blanca con
aplicaciones de tul, falda, blusa y huaraches de vaqueta con cintas del mismo
material.
Lenguas indígenas
Las lenguas
indígenas más habladas en el estado de Baja California Sur son:
Náhuatl 3 016
Lenguas Mixtecas 2
214
Lenguas zapotecas 1 029
Popoloca 712
Cochimí
Los cochimíes son
una etnia de México que habita el estado de Baja California Sur, los cochimíes
hablaban una lengua de la familia yumano-cochimí ahora extinta llamada laymón.
Actualmente la mayoría
de cochimíes viven en la comunidad de la Huerta y en San Antonio Necua o Cañón
de los Encinos. Ocupan un territorio de 3272 de tierras regadas por bombeo y
siembran frijol, maíz, cítricos y otros árboles frutales y tienen también
algunas cabezas de ganado.
Desde el primer
contacto con los europeos hace 300 años, los cochimíes han ocupado la parte
central de la península de Baja California. Originalmente no existían grandes
asentamientos y eran básicamente nómadas. Los guamas o hechiceros tenían un lugar
importante en la cultura original, en la que no existía ni la escritura, ni
manifestaciones artísticas formales. Vivían de la recolección y la pesca, y no
practicaban la agricultura ni poseían ganado.
Uno de sus mitos
decía que provenían del norte, desde que sus antepasados fueron vencidos en una
gran contienda y habían huido hacia el sur al ser perseguidos por sus
vencedores, refugiándose en las montañas de la Península de Baja California.
Conocían la existencia de los pobladores de la Península anteriores a ellos que
eran de mayor estatura y que habían pintado en las cuevas, figuras de animales
y hombres. Pero no daban razón de ellos ni de su extinción.
Dividían el año en
seis partes, la primera la llamaban mejibó, transcrita también como meyibó, que
es la temporada de las pitahayas. Este período del año era para ellos el tiempo
más alegre y apreciable; comprendía parte de lo que actualmente es julio y
agosto
LENGUAS NATIVAS
Para los nativos
americanos contemporáneos, las lenguas aborígenes de Baja California son parte
importante de su herencia cultural. Los lingüistas profesionales estudian estas
lenguas para buscar pistas de la universalidad o diversidad de varios rasgos y
procesos en el habla humana. Los antropólogos descubren en ellos rastros de las
migraciones prehistóricas y patrones de cambio cultural e interacción, tanto
hacia el interior de la península como a través de sus fronteras más distantes
en el oeste de Norteamérica.
Mucha de la gente
indígena del norte de Baja California aún habla su lengua ancestral, y en años
recientes varios lingüistas entre los que se incluyen a James M. Crawford,
Leanne Hinton, Judith Joël, Mauricio J. Mixco y Jesús Angel Ochoa Zazueta, han
estado muy activos en la documentación y el análisis de las mismas. Al sur de
San Quintín, las lenguas aborígenes se extinguieron durante los siglos XVIII y
XIX. Para conocer de esas lenguas sureñas dependemos totalmente de los
registros escritos por los primeros visitantes, particularmente misioneros jesuitas tales como Jakob Baegert,
Miguel del Barco y Franz Benno Ducrue.
Debido a los vacíos en la información, los académicos disienten sobre el número
de las distintas lenguas en la península y sus rangos geográficos.
Los indígenas más
norteños de Baja California hablan lenguas pertenecientes a la familia yumana
entre las que se incluyen al kiliwa, paipai,tipai, kumiai (o Kumeyaay como se
conoce en inglés), cucapá (Cocopa en inglés) y quechan. Usando la controvertida
técnica de la glotocronología, se ha estimado que la separación inicial de la
familia yumana en lenguas diferentes quizás ocurrió hace alrededor de 2,500
años. Se ha sugerido que el territorio tradicional de los yumanos originales se
encontraba en la cuenca baja del Río Colorado o en el noroeste de Baja
California. El cucapá, kumiai y tipai junto con el ipai de Alta California
están cercanamente emparentados los unos con los otros, pero separados por
quizás cerca de 1,000 años de desarrollo independiente. El quechan está
emparentado con el mojave y el maricopa de los ríos Colorado y Gila. Desde un
punto de vista geográfico, es sorprendente que el vinculo más cercano del
paipai sea las lenguas de los yumanos del oeste de Arizona, el yavapai,
wualapai y havasupai. El kiliwa permanece solo, como la lengua más divergente de
la familia yumana.
Una conexión
ligeramente más remota unió a la familia yumana con el cochimí, la lengua o
grupo de lenguas habladas en toda la porción central de Baja California, desde
el norte de El Rosario hasta las cercanías de Loreto en el sur. (No se debe
confundir el cochimí del centro de Baja California con el dialecto tipai de La
Huerta al cual en ocasiones también se le conoce con ese nombre).
Existieron
relaciones mucho más distantes, que probablemente daten más de 5,000 años, entre el yumano-cochimí y
varias otras familias pertenecientes al phylum lingüístico hokano. Estas
lenguas estaban dispersas alrededor de la periferia de la Alta California,
incluyendo al chumash, pomo y washo entre otras; aparentemente, los cazadores
recolectores seri de la costa sonorense del Mar de Cortés también son hablantes hokanos. Al interior de la Baja
California y al sur del rango cochimí,
tanto el monqui de Loreto como el guaycura de las planicies de Magdalena podrían haber pertenecido al
phylum hokano. El pericú, lengua hablada en el extremo sur de la región de Los
Cabos, es un enigma lingüístico. Pudo o no haber estado relacionada con el guaycura; pero la evidencia es muy
insuficiente como para saber con certeza.
Atractivos Culturales, Deportivos y Ecológicos:
Baja California Sur cuenta con distintos
atractivos turísticos, así como culturales y actividades deportivas que se
pueden realizar al aire libre:
• En Los Cabos, se pueden encontrar Centros
de Recreo de cinco estrellas, hoteles íntimos con alojamiento y desayunos, se
puede disfrutar de la pesca deportiva, así como buceo y golf. Este foco
turístico se distingue por su exquisita cocina.
• El mejor sito en Baja California Sur para
disfrutar de la pesca deportiva, se encuentra en Cabo del Este, que se le
conoce como la “Capital Mundial del marlin”; con gran tradición, este foco
turístico, se encuentra 120 Km al sur de La Paz. También se puede disfrutar de
actividades como el windsurf, buceo con scuba o snorkel, ciclismo de montaña y
montar a caballo.
• Baja California Sur es conocida por sus
atractivos naturales, y forman parte de estos las ballenas que llegan a sus
costas.
• En Loreto se pueden disfrutar distintas
actividades al aire libre, como trayectos en kayac, buceo y snorkeling; pesca,
ciclismo de montaña y caminata en las montañas. Así mismo, se puede disfrutar
de la arquitectura colonial recién restaurada.
• En Baja California Sur también se pueden
encontrar vestigios de las comunidades primitivas, y muestra de ello son las
pinturas rupestres, que usualmente se encuentran en acantilados y salientes
protegidas; entre dichas pinturas, destacan las que se encuentran en el
asentamiento de Duna Alta del rancho San Francisco, justo al norte de San
Ignacio.
CONCLUSIÓN
Las lenguas indígenas son culturas de nuestro
país que se van transmitiendo por generaciones, aunque en estos años la
diversidad cultural ha disminuido puesto que la sustituye el español que ya es
un idioma muy popular en México y en diversos lugares.
Uno de los aspectos que hay que
destacar es que no hay sociedad que no tenga un lenguaje – inclusive el escrito
– como medio de expresión y comunicación, como código compartido, mediante el
cual se organiza su comprensión del mundo en un nivel simbólico que expresa
creencias, saberes, sentimientos y formas de interacción social. Pues el
lenguaje nos da el sentimiento y la conciencia de pertenecer a una comunidad.
La habilidad de comunicar ideas ha permitido al hombre desarrollar los patrones
de conducta de lo que llamamos cultura. La escritura nos posibilita recuperar
tradiciones y proyectarnos al futuro.
Existe una gran diversidad lingüística en nuestro país, la cual es una
cultura que se transmite por generaciones. Aunque estas culturas se están
acabando porque cada vez son más las personas que hablan español y pocas las
que hablan alguna lengua indígena.
No hay que discriminar a nadie por hablar otro idioma o en este caso
una lengua indígena por que todos somos seres humanos y tenemos distintas
costumbres, tradiciones, entre otras cosas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario